¡Ay de mí si no evangelizara!
Dios reparte sus dones y carismas como quiere, cuando quiere, y lo más importante A QUIEN EL QUIERE, esa es
sólo una parte de su Soberanía.
Y en eso no hay mérito propio, pues TODO es pura gracia, sin dejar de ser acción de la propia voluntad, es sobre todo regalo de DIOS. Y es regalo, una GRACIA, porque es, sobretodo eso, GRATIS.
Recuerdo, con sonrisa incluida, nuestro tiempo en el grupo de oración Cristos Jóvenes, al que asistimos por cerca de 10 años, de forma ininterrumpida, podríamos decir que fué un noviazgo largo que ha dado frutos increíbles (muchos de los cuáles aún desconocemos o no conoceremos jamás); pero ese compromiso de amor que nos hacía congregarnos sábado tras sábado, a las 4:00 PM, sin importar, como los antiguos buenos carteros, (o dicho de otra manera) si cayera lluvia de Mayo, sintiéramos el agobio del calor ardiente del verano, o el friíto de la Navidad. Nuestra reunión era sagrada, era un compromiso total, asumido desde nuestra totalidad interior.
Eramos apenas un grupo de jovenes terminando nuestros estudios colegiales, o comenzando nuestras estudios universitarios, o empezando a vivir nuestra vida como profesionales (muchos vivieron las tres etapas). Y a esas edades, ya sentíamos el ardor por su palabra, por su conocimiento, animados por la necesidad de reunirnos cada semana en el mismo lugar, la casa de nuestros padres espirituales: Alexis Camilo y Elba de Camilo, quienes nos entregaron, para poder celebrar nuestras reuniones, dicho en sentido figurado, los títulos de propiedad de su terraza, y muchas veces de la sala de su casa, y en algún caso extremo, hasta su habitación matrimonial, para estar en ambiente de koinonía y así poder alabar juntos al Dios verdadero.
Si pudiera sacar las cuentas de cuántas personas pasaron por Cristos jóvenes, diría que varios cientos; quienes sin temor a equivocarme, tuvieron y vivieron algún tipo de impacto al convivir junto a nosotros (y casi estoy seguro que muchos de ellos recordaran con algo de nostalgia aquél hermoso tiempo vivido)
Cuerpo de Cristo fué la semilla que plantó el árbol del que saldrían otros grupos de oración de jóvenes y alguna que otra comunidad religiosa, y reafirmó el compromiso de verdadera cristiandad, sobre nosotros y sobre muchos otros.
Reflexionando al escuchar la palabra de hoy, El Buen Dios me mostraba la gran necesidad que tienen sus hijos (y por tanto nuestros hermanos) de que se les predique, se les ministre, se les anime en la fé, etc., para poder volver al amor primero, amor de hijos, amor de hermanos, amor de amigos.
De los centenares de profecías que recibimos, algunas iban en la onda de que llevaríamos su Palabra a muchos, y que preparados con anterioridad, solo tendríamos que abrirnos a su voluntad pués él necesita nuestras manos, nuestros pies, nuestros ojos, pero sobretodo nuestra voz, nuestra palabra, para anunciar la buena nueva, la palabra de esperanza y redención; YO SOY TESTIGO DE QUE, JUNTO A OTROS TANTOS, EL SEÑOR NOS INVITó A SER BOCINAS SUYAS PARA LOS QUE TIENEN HAMBRE Y SED DE SU PALABRA; y también poder denunciar las cosas que seguimos practicando y que no están bien ante sus ojos. Que recordemos que la palabra de Dios, así como la lluvia, cae en la tierra, la empapa, y no vuelve al cielo sin haber dado fruto.
Y donde en nada tenemos mérito alguno, pues los dones y talentos que hemos recibido gratuitamente, gratuitamente lo damos a los demás. Pues dice su palabra en
1ra de Corintios 9, versos 16 al 18: “…Porque si evangelizo, no es para mi motivo de
gloria, pues es un deber que me incumbe. ¡Ay de mi si no evangelizara!. Si lo hiciera
por propia iniciativa, tendría recompensa: pero si lo hago por mandato, cumplo una
misión encomendada. ¿Cuál es entonces mi recompensa? Predicar el Evangelio
entregándolo gratuitamente, sin hacer valer mis derechos por el Evangelio.
El mundo está sediento de su Palabra…por más que hagamos nunca será
suficiente…pero debemos de saber que nuestra parte también es necesaria¡
Añoranza y Celo: añoranza de aquellos tiempos en el grupo Cristos Jóvenes. Alabanza y adoración con apertura total a los dones del Espíritu Santo. Y recibir el pan de La Palabra de Dios. Añoranza de los amigos y hermanos que nos reuníamos en un tiempo especial de nuestras vidas.
Celo por el anuncio, la proclamación de Las Buenas Nuevas. No sólo hemos escuchado su Palabra, somos testigos de que Jesús Está Vivo (como declara el título del libro del Siervo de Dios, Padre Emiliano Tardiff) y actúa en medio de su pueblo hoy día.
Gracias por este compartir, ha sido un refrigerio para mi alma.
Johnny Guzmán