El Papa Francisco aboga por la “audacia de la paz” en una apasionada súplica a la comunidad mundial
Por uCatholic – 14 de septiembre de 2023
En una reciente reunión de la Comunidad de Sant’Egidio en la simbólica Puerta de Brandemburgo de Berlín, el Papa Francisco pronunció un mensaje con un apasionado llamamiento a la paz.
Llamando la atención sobre el significado histórico de la Puerta de Brandemburgo, recordó la esperanza que envolvió al mundo cuando cayó el Muro de Berlín en 1989. Este momento suscitó aspiraciones de paz mundial tras la Guerra Fría.
Sin embargo, el Papa observó: “En lugar de derribar muros, se han levantado más muros”, y añadió: “Tristemente, a menudo hay un paso corto del muro a la trinchera”.
El Papa Francisco describió la guerra en curso en Ucrania como un “terrible conflicto sin final a la vista.” Reflexionando sobre el encuentro por la paz del año pasado en Roma, citó: “La súplica por la paz no puede ser suprimida: surge del corazón de las madres; está profundamente grabada en los rostros de los refugiados, de las familias desplazadas, de los heridos y de los moribundos.”
El Papa reconoció que no existe una solución fácil para poner fin a los conflictos, pero destacó el papel esencial de la comunidad internacional en la búsqueda de soluciones. Afirmó con firmeza que las estrategias actuales no están funcionando e instó a los líderes a probar nuevos enfoques. Bautizó este enfoque proactivo como la “audacia de la paz”.
El Papa Francisco pidió a los creyentes de todas las religiones que intensificaran sus oraciones por la paz, diciendo: “No tengamos miedo de convertirnos en mendigos de la paz.” Les animó a canalizar la desesperación de la guerra en potentes oraciones que lleguen al cielo. Destacando el poder de la oración incesante, recordó las palabras de Cristo: “Pedid, y se os dará; buscad, y encontraréis; llamad, y se os abrirá la puerta”.
Para concluir su mensaje, el Papa Francisco expresó su fe en el espíritu perdurable de esperanza y unidad. Subrayó que, aunque el camino hacia la paz pueda parecer difícil, no es imposible.
“No tengamos miedo de convertirnos
en mendigos de la paz.
“Confiemos en que el Señor escucha siempre el grito angustiado de sus hijos”, dijo.