Salmo 28,7 “El Señor es mi escudo y mi fortaleza”
La frase “El Señor es mi escudo y mi fortaleza” es una poderosa declaración de fe; en ella se declara que Dios es nuestro protector y nuestra fuente de fortaleza.
La palabra “escudo” en este versículo puede entenderse en un sentido literal, como un objeto físico que nos protege del daño. Pero también puede entenderse en un sentido más figurativo, como símbolo de la protección de Dios. Cuando confiamos en Dios, nos ponemos bajo su cuidado y protección. Su “escudo” nos protegerá de las tormentas de la vida, de los tiempos difíciles, etc., y nos dará la fuerza para superar cualquier obstáculo.
La palabra “fortaleza” en este versículo también puede entenderse en un sentido literal, como fuerza física. Pero también puede entenderse en un sentido más figurativo, como símbolo del poder de Dios. Cuando confiamos en Dios, estamos aprovechando su poder. Él nos dará la fuerza para hacer cosas que nunca creímos posibles.
El Señor es mi escudo y mi fortaleza entonces nos declara que: 1. Dios nos protegerá en los tiempos difíciles y 2. El nos dará las fuerzas para superar los retos, las tentaciones, y cualquier obstáculo en nuestras vidas
La frase “El Señor es mi escudo y mi fortaleza” es un recordatorio de que nunca estamos solos. Dios siempre está con nosotros, y nunca nos dejará ni nos abandonará. Cuando confiamos en él, nos dará la fuerza para enfrentar cualquier desafío que se nos presente.