“Eso” es demasiado compromiso
El ser humano es un ser de “compromisos”. Unos se comprometen con su trabajo detrás de un reconocimiento, una promoción, un aumento del “paquete anual por desempeño”
Otros están comprometidos con una o más “mascotas”, y saben la hora de escoger su tipo de alimento, proporcionarles esos alimento, sacarles a hacer sus necesidades, llevarles al veterinario, ponerles sus vacunas, etc.
Otros están comprometidos con una obra social y humanitaria, y muy frecuentemente, (en algunos casos) cada fin de semana, salen a los lugares a dar servicios, proveer medicamentos, algún tipo de servicio a la comunidad.
Otros están comprometidos con una vida social activa, con pasar tiempo con sus amiguetes, con sus compañeros y sus “panas”, de bar en bar, de restaurant en restaurant, de tragos y comidas, de clubes de vino o de cigarros.
Otros están comprometidos con un algunas actividades lúdicas como pornografía, juegos de azar y/o consumo de sustancias ilegales o recreativo-adictivas; se reúnen en los lugares acostumbrados y todos a consumir lujuria, alcohol, sexo y sustancias, etc.
Otros están comprometidos con no hacer nada; están en casa, pegados 16 horas a su sofá, viendo Netflix, comiendo y merendando varias veces al día, dedicados al internet, al “whatsappeo”, las videollamadas, y las redes sociales, “Eso” les podrá parecer que no es “demasiado compromiso”
Y existen cientos de actividades en que podemos estar involucrados, y la “membresía” no nos cuesta mucho.
Finalmente, estamos los que tenemos un fuerte vínculo con la parroquia, la catequesis, la escuela dominical, el servicio de hoy día…y ya sea que vaya toda la familia, mi esposa y yo, o solamente yo, hago mi mejor esfuerzo por ser fiel, por ser un buen miembro, por ser un hermano comprometido.
Sin embargo, cuando invitamos a nuestros familiares, vecinos, amigos, etc., a conocer algunas de nuestras actividades e intentarles explicar “en lo que estamos metidos”, las primeras palabras suelen ser: ¡Ay no, “eso” es demasiado compromiso! Además, yo no tengo tiempo para “eso”.
Y me intentan (o me dan), decenas de razones, por las cuales, no pueden comprometerse con “eso”, están cuidando una hija, sobrina, nieta, a la pobre “abuelita”, tienen una familia que les demanda mucho, un esposo que necesita de su tiempo y sus energías, unos hijos adolescentes con “necesidades de hijos”, etc.
O nos plantean que su horario de trabajo es muy largo, que están ahorrando dinero (como si se tratara de invitarlos a formar una cooperativa o pedirles prestado), o cualquier otra razón que les impide comprometerse con “eso”.
En fin, “eso” es demasiado compromiso. Leer la palabra, dar culto y honra a Dios, tener un tipo de reunión entre semana para poder hablar mis cosas de hombre o mujer, y que l@s demás puedan hacer lo mismo, para luego interceder por esas necesidades. Aumentar nuestra fe en el único Dios verdadero, y en su hijo Jesús, y en el poder del Espíritu Santo, fuerza viva del Padre. Tener en la oración personal y comunitaria, herramientas para el crecimiento espiritual, familiar, pero sobretodo personal, para el manejo del stress, para mejor criar a los hijos pequeños, para manejarnos con los adolecentes, y con los adultos jóvenes, sean solteros o casados; y finalmente, para ser mejores matrimonios.
Dedicar tiempo a la vida eterna, “eso es demasiado compromiso”; “tal vez más tarde”, (cuando mi realidad sea otra), sin saber que más tarde podría ser muy tarde.
Es como si ser cristianos fuera para los “vagos” , para los desempleados que están sin oficio o sin nada que hacer; para los desocupados, los que están en el “paro”, los jubilados que sólo servimos para cuidar (de vez en cuando o de cuando en vez) a los nietos; para los que no tenemos ningún pasatiempo o hobby, para quienes no tenemos amigos ni seres queridos a quienes debemos darles tiempo. En resumidas cuentas…”eso” es algo por lo que no estoy dispuesto a sacrificar “esto” que tengo aquí y ahora.
Sería más fácil, y hasta algo más honesto, decir: “… no estoy mal (o al menos no tan mal), para estar metida en cosas de la iglesia”. Ya sé adónde ir en caso de; pero todavía me quedan muchas cosas por vivir, muchas fiestas por bailar, algunos tragos que tomar, nuevas amistades que hacer…antes que dedicarme a “eso que es demasiado comprometido”.