INTERCESORES
Un buen cristiano, además de ser una persona orante, una persona de profunda fe, y una persona con un buen testimonio de conversión, es una persona que debería de ser un buen intercesor.
Hay tantas necesidades en el Pueblo de Dios, que debemos de ser más que dar una colaboración, más que ser solidarios, más que arrimar el hombro, etc., debemos servir al necesitado con ayunos, sacrificios y un tiempo de pedir al Buen Dios que escuche el clamor nuestro, para con esa otra persona.
Esa otra persona, creatura y probablemente hijo de Dios (porque escucha su Palabra y la pone en practica), necesita de la oración intercesora ante el Padre, por medio a su hijo Jesús, hijo unigénito, Señor y Salvador nuestro, y con la Fuerza del Espíritu Santo (y si eres cristiano católico), incluyendo a la madre de Dios, la siempre Bienaventurada Virgen María.
Es probable que ni conozcamos a esa persona, (ni falta que hace), para que ante una necesidad: enfermedad física, emocional o del espíritu, desnudez, hambre o sed, cualquier tipo de adicción, escasez, pobreza material, miedos, temores, soledad, desolación (que no es lo mismo), etc., que nos enteremos (sin siquiera esperar ser solicitados), terminar nuestro tiempo de oración diaria, con un tiempo de intercesión para que sobre todas las cosas se cumpla la voluntad del que nos eligió, desde antes de la creación del mundo, para ser santos e inmaculados en su presencia, en el amor. Efesios 1, 4-12.
Conozco a un hermano, siervo del Dios Viviente, que tiene en su oración de la mañana, un rato de intercesión, por una lista de hermanos y amigos…y se que los Jueves de cada semana, ese hermano intercede ante el Padre por mis limitaciones, por mis enfermedades y por mi salud en general. Y doy gracias a Dios, porque en parte, es su intercesión semanal la que me ayuda a sobrellevar mis dolencias y quebrantos.
He conocido recientemente una persona, cuya madre está fuera del país por una condición de salud…no conozco bien a esta persona (y de nada a su madre) pero hace poquísimo tiempo (apenas hace un par de semanas) tuve una somera idea de que no estaba del todo bien de salud.
Esta mañana, en una conversación que nos debíamos, tuve, como médico un poquito mas de detalles sobre su estado de salud, y como si me hubiera sentado sobre un spring, ipso facto me ofrecí a Orar e Interceder por ella. Primero lo hice al final de mi oración de la mañana y luego, por teléfono, después de saludarle y hacerle algún que otro comentario sobre unas personas que ambos hemos conocido…manos a la obra, le pedí al Rey de Reyes y Señor de Señores, que viniera y le visitara, que le diera el buen consuelo, que le regale alegría en medio de la prueba, y una gran dosis de fe y fortaleza…Al final, invocar a la Santísima Trinidad, para que fuera bálsamo y recordarle que donde la ciencia termina, es donde empieza Dios a actuar; y por si fuera poco me informaron que había alrededor de ella unas 3-4 personas más, quienes se unieron en oración. ¡Sorpresas te da la Vida¡
Mi tio-padre, Monseñor Rafael Mauricio Vargas García (mayormente conocido como Padre Vargas) nos dio muchos tips para ser mejores cristianos, uno de ellos, y quizás de los más importantes fué aquél de que: SIEMPRE HAY ALGUIEN QUE NECESITA MAS QUE YO”, lo que logra, entre otras cosas, el efecto de hacernos salir de nosotros mismos y hacernos conscientes de las muchas necesidades del pueblo.
Desde hoy, esa persona (madre de mi conocida) estará en mi lista de personas por quienes interceder, cada día.
Juan Carlos