Para qué hago lo que hago?
Hace pocos días me reuní con un amigo a tratar temas varios.
De pronto salió el tema de este blog, y nos deslizamos, casi sin querer, en las motivaciones, pero sobre todo en las razones de para qué hago este blog.
Durante cerca de 2 meses me mantuve enviando a ciertos “chats”, el contenido de ese día de este blog desdemiescritorio.com pero me dí cuenta que los que lo leían eran muy pocos, y decidí que ya estaba bien de promover estos contenidos; que ya mis íntimos sabían que existía, y que había cumplido un cometido de poder llegar a algunas personas.
Ese amigo, me animaba y me decía que aunque sólo fuera una sóla persona, que lo leyera, eso bastaría para que se cumpliera la razón de este blog. Ví su interés en que no dejara de anunciar lo que mi corazón y mi mente me susurran muchos días, para poder compartirlo con los demás.
Me hubiese gustado responder, de primera intención, que escribía para que otros me leyeran, ya que (modestia aparte) tengo el don-regalo de Dios de poder transmitir ideas y pensamientos, comentarios y testimonios personales y ajenos, de forma que a algunos les pudiera hacer bien.
Pero al final, le contesté con la verdad “verdadera”, escribo porque quiero, porque deseo, porque tengo
necesidad de expresar (lo que en otros ambientes no puedo), y aquí tengo la libertad de hacerlo.
Me he percatado de que a mucha gente (hermanos, amigos, compañeros, conocidos y desconocidos) a quienes tal vez les haría bien, de vez en cuando, alguna de la información o formación que pretendo dar en este blog; les apasiona más un chiste, una jarana, una actividad lúdica, etc.
Por un lado, y hasta cierto punto, los entiendo; la vida está tan llena de arideces y desengaños (como decían las letras de desiderata), que es “oxígeno” para muchas almas, el entretenimiento, lo ligero, el “botar el golpe”, del stress de la vida diaria y por esta razón (además de otras que desconozco), les es más fácil y llevadero, celebrar el “entertaining” y no ponerse a leer, muchas cosas que ya saben, han escuchado, les son aburridas o les resultan poco interesantes.
Así que yo seguiré escribiendo, mientras tenga ganas, mientras no termine la inspiración, y mientras sienta que
la obra no ha terminado y sea tiempo de “bajar el telón”.
Bendiciones
Juan Carlos Vargas
2da Timoteo 4,2: “Predica la Palabra; persiste en hacerlo, sea o no sea oportuno, corrige, reprende, y ANIMA con mucha PACIENCIA, sin dejar de enseñar”