No sé cuándo fue la primera vez te escuché la palabra necio, pero estoy casi seguro que fue una de esas múltiples veces que, después de una mala acción o conducta, mi madre me la dirigió a mi. Reconozco que no fui un niño tranquilo, porque la palabra necio en mis años de niño se utilizaba en el contexto de un niño inquieto, intranquilo, molestoso, desobediente, etc., es decir un niño que no cumplía las reglas. Y eso podría definirme perfectamente; yo era un niño necio y recibía de mi mamá el calificativo (hoy llamaríamos la “etiqueta”) de: “Juan Carlos es un niño necio”, en otras ocasiones, con cara de pocos amigos y casi apuntándome con el dedo índice: “…¡Tu si eres necio muchacho!”. Claro que también lo escuché (infinidad de veces) con mis compañeros del barrio, entre mis primos, entre mis amigos, etc., que después de un mal comportamiento sus padres le llamaran: “…pero que muchachito tan necio ese!”.
La Palabra de Dios es rica en acepciones diferentes a la palabra “necio”, podríamos decir que hay de todo como en botica. A continuación presentamos una serie de características de un necio sacadas del libro de los Proverbios: el necio odia el conocimiento (Proverbios 1:22), no se complace en el entendimiento (Proverbios 18:2), disfruta con los planes malvados (Proverbios 10:23), proclama la locura (Proverbios 12: 23), rechaza la disciplina de los padres (Proverbios 15:5), habla con perversidad (Proverbios 19:1), es iracundo (Proverbios 12:16), se mete en problemas por su discurso orgulloso (Proverbios 14:3), se burla del pecado (Proverbios 14:9), es mentiroso (Proverbios 14:8) y desprecia a su madre (Proverbios 15:20). Un hijo necio trae dolor a sus padres (Proverbios 17:25; 19:13). El hombre necio comete inmoralidad sexual (Proverbios 6:32; 7:7-12). La mujer insensata derriba su propia casa (Proverbios 14:1).
La mejor descripción de un necio es la de aquel que dice “en su corazón: ‘No hay Dios’. (Salmo 14:1; 53:1).
El Evangelio de hoy, Mateo 25:1-13 leemos “Entonces el cielo será como las diez vírgenes que salieron al encuentro del novio con lámparas. Cinco de ellas eran sabias y cinco necias. Las necias tomaron las lámparas, pero no vasijas de aceite. En cambio, las sabias y prudentes trajeron lámparas y vasijas de aceite. El novio llegó tarde, así que todas se quedaron dormidas. En mitad de la noche se escuchó un grito:
“¡Aquí viene el novio!” “Salgan a recibirlo!”. Todas las doncellas se levantaron y arreglaron sus lámparas. Entonces las necias dijeron: “Dennos un poco de aceite, que nuestras lámparas se están apagando.” Pero las prudentes les respondieron: “A fin de que no nos falte a nosotras ni a ustedes, vayan a los que venden, y compren para ustedes mismas.
“Pero mientras estaban comprando, llegó el novio, y las sensatas fueron con él a las bodas, y se cerraron las puertas. Después llegaron también las otras vírgenes, y decían: “¡Señor, señor, ábrenos!” Pero él les respondió: “De cierto les digo, que no las conozco.” Estén atentos, porque ustedes no saben el día ni la hora en que el Hijo del Hombre vendrá.
Esta lectura nos habla de la segunda venida de Jesús y de la importancia de estar preparados para recibirlo. Se refiere a las necias como las cinco descuidadas, las que no saben priorizar, las olvidadizas, las que no toman responsabilidad por sus actos ni toman en serio que la salvación es personal e intransferible, pues (además de la gran misericordia de Dios) no depende de nadie más que de nosotros mismos; ellas, sencillamente, no están preparadas para un acontecimiento único en sus vidas.
El caso de las cinco doncellas sensatas nos habla de aquellas que, además de llenar sus lámparas, tenían otras vasijas (alcuzas) como reservas de aceite, para el caso de que el novio se tardara.
Llama la atención, cómo las personas de hoy en día y (peor aún), cómo muchos cristianos tampoco están preparados para eventos importantes ni para ese día de días, día en que nos presentaremos para nuestras bodas definitivas con el cordero.
En el libro sapiencial de los proverbios en el capítulo 12 versículos 15 y siguientes: ” El necio cree que lo que hace está bien sin embargo el sabio escucha los consejos. El necio se enfurece fácilmente pero el prudente se mantiene sereno cuando lo insultan. El testigo honesto dice la verdad pero el necio dice mentiras. El sabio no proclama lo que sabe pero el necio proclama su necedad. Si trabajas con empeño gobernarás más si eres perezoso otro te gobernará a ti.
Significado y Enseñanzas
El Novio: Representa a Jesús. A veces a Jesús se le llama el novio y a la iglesia se le llama la novia. Al parecer, ya todo estaba preparado para esta boda, y el participante de la celebración solo estaba esperando su llegada. En esta parábola, Jesús dice que el novio no llegó a la hora señalada, sino que llegó tarde, cuando todos se habían dormido. En estas palabras, Jesús nos advierte que nadie sabe el momento de Su Segunda Venida, por lo que debemos “estar listos” para cuando quiera que está sea.
Las Vírgenes: Todos los que estamos esperando la venida del Señor.
Las cinco prudentes: Estas cinco jóvenes estaban preparadas para cuando el novio llegara. No solamente llevaron suficiente aceite para alumbrar sus lámparas esa noche, se cuidaron de llevar un poco más por si acaso. Para ellas fue importante hacer el esfuerzo adicional pues no querían poner en riesgo su participación en esa gran fiesta. Hicieron lo que consideraron necesario para asegurar su lugar.
Nosotros tenemos que ser como las cinco prudentes. El tiempo de preparación para la venida de Cristo es ahora. Para ellas, el estar listas era tener suficiente aceite. Para nosotros, estar listos quiere decir aceptar a Jesús como Señor y Salvador y vivir de acuerdo al Espíritu. Si nos mantenemos en ese camino, estaremos listos para recibir a Jesús en el día final.
Las cinco insensatas: Estas cinco jóvenes quedaron fuera de la fiesta, porque aunque estaban vestidas para la ocasión, no fueron astutas ni previsoras llevando un envase extra de aceite para toda la noche (en caso de algún imprevisto), y por tanto, actuaron sin prudencia, “y resulta que el aceite de sus lámparas se les acabo”. En un primer intento, quisieron salvar la situación, pidiéndoles aceite a las prudentes, pero estas se negaron pues ellas si habían actuado con discernimiento y sabiduría. Esto nos indica que cada uno es responsable por sus propias acciones. Y las acciones tomadas, todas y cada una, traen sus propias consecuencias.
Jesús espera que cada quien se preocupe de guardar su propia salvación. Si no estas listo el día en que Jesús regrese, la única persona responsable por eso serás tú, dice Jesús, con esta parábola.
Las fiestas de bodas: Es el reino de los cielos. En la parábola del banquete de bodas, Jesús dice que Dios nos ofrece toda una invitación al reino de los cielos. Solo los que acepten su invitación entraran en el.
En sentido humano, sigo siendo un adulto medio necio, algo inquieto, intranquilo y molestoso…pero cada día me esfuerzo más en dar lo mejor de mí, y en pedir a Dios que yo pueda recibir la gracia santificante para no ser NECIO, (desde el punto de vista espiritual), y que además, El Dios UNICO y VERDADERO, me regale la dicha de saber escuchar consejos…y que tenga siempre mi lámpara llena de aceite y mi vasija de repuesto, por si EL NOVIO SE RETRASA.
Juan Carlos