Santa Madre Teresa de Calcuta, en su retante frase: “Si oras, crees, si crees, amas, y si amas, sirves” nos habla de que la fe, produce Amor y el Amor se traduce en servicio y entrega. Cuando oramos, expresamos nuestra fe en Dios y su capacidad para responder a nuestras oraciones.
Cuando creemos, estamos abriendo nuestro corazón al amor, tanto por Dios como por los demás. Y cuando amamos, nos vemos obligados a servir a los necesitados. Si no servimos, no podremos decir que amamos.
Cuando oramos, creemos y amamos, participamos en un ciclo de gracia que puede transformar nuestras vidas y el mundo que nos rodea.
Aquí hay algunas formas específicas en que la oración, la creencia y el amor pueden conducir al servicio:
La oración puede ayudarnos a ver las necesidades de los demás.
La creencia puede darnos el coraje para servir. Cuando creemos que Dios está con nosotros y que nos ama, es más probable que demos un paso de fe y sirvamos a los demás, incluso cuando sea difícil.
El amor nos motiva y prácticamente nos fuerza a servir. Cuando amamos a los demás, queremos hacer lo mejor para ellos. Esto puede llevarnos a servirles de manera práctica, como proporcionarles comida, ropa o albergue. También puede llevarnos a servirles de maneras más intangibles, como escucharlos, ofrecerles ánimo, orar, interceder por ellos, en resúmen, darnos a los demás.
Si estás buscando formas de servir a los demás, te animo a que empieces por orar, creer y amar. Cuando hagas estas cosas, te abrirás a la posibilidad de servir de manera poderosa y significativa.