Pío de Pietrelcina, también conocido como el padre Pío (Pietrelcina, Campania; 25 de mayo de 1887-San Giovanni Rotondo, Apulia; 23 de septiembre de 1968), fue un fraile capuchino y sacerdote católico italiano famoso por sus dones milagrosos y por los estigmas que presentaba en las manos, pies y costado. Nacido como Francesco Forgione le fue dado el nombre de Pío cuando ingresó en la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos.
Fue beatificado en 1999 y canonizado en 2002 por el papa Juan Pablo II.1
Infancia
Francesco Forgione nació en Pietrelcina en 1887. Sus padres fueron Grazio Orazio Mario Forgione y Maria Giuseppa di Nunzio.
Su familia era de clase humilde, trabajadora y muy devota. Desde niño mostró mucha piedad e incluso actitudes de penitencia. Su infancia se caracterizó por una salud frágil y enfermiza. Desde esta edad manifestó un gran deseo por el sacerdocio, nacido por el encuentro que tuvo con un fraile capuchino del convento de Morcone (a 30 km de Pietrelcina) llamado Fray Camillo, quien pasaba por su casa pidiendo limosna.
Su padre tuvo que emigrar a América para poder pagar los estudios del joven Francesco, en 1898 a Estados Unidos y en 1910 a Argentina. Desde su niñez sufrió los que él llamaba «encuentros demoníacos», que lo acompañaron durante su vida. Amigos y vecinos testificaron que en más de una ocasión lo vieron pelear con lo que parecía su propia sombra.
El 25 de enero de ese mismo año se trasladó al convento de Sant’Elía para continuar con sus estudios. En este convento sucede su primera bilocación asistiendo al nacimiento de Giovanna Rizzani, hija de un conocido masón y futura hija espiritual suya, nacida en Údine, Venecia, lejos de donde físicamente se encontraba el padre Pío en ese momento.
El 27 de enero de 1907 hizo la profesión de sus votos solemnes. Ese mismo año fue trasladado al convento de Serracapriola, ubicado a quince kilómetros del mar, pero le perjudicó el clima y su salud decayó. Sus superiores lo enviaron de regreso a Pietrelcina para ver si el clima de su casa le hacía bien. En esta época la gente de su pueblo confiaba en él, pidiéndole consejo, y así Francesco empezó una dirección de almas.
El padre Pío, con los estigmas de sus manos expuestos. Si bien llevaba usualmente las manos cubiertas, en ocasiones sus superiores le pidieron que descubriera sus manos para que las heridas pudieran fotografiarse.
En 1908 regresó al convento, pero esta vez a Montefusco. En noviembre de ese año recibió las órdenes menores (portero, lector, exorcista, acólito) y luego el subdiaconado. Toda esta época fue para él de mucha oración y estudio.
El 10 de agosto de 1910 fue consagrado sacerdote en la catedral de Benevento. Pero permaneció con su familia hasta 1916 por motivos de salud. Allí en su pueblo natal dijo haber recibido los estigmas. En septiembre de 1916 fue enviado al convento de San Giovanni Rotondo, donde vivió hasta su muerte. Durante la Primera Guerra Mundial sirvió en el cuerpo médico italiano (1917-1918).
Muerte
El 20 de septiembre de 1968 el padre Pío cumplió 50 años de sufrir los estigmas, celebrando una misa multitudinaria. Sus fieles colocaron alrededor del altar cincuenta grandes macetas con rosas rojas, por sus cincuenta años de sangre.
Tres días después, el 23 de septiembre de 1968, el padre Pío falleció a los 81 años. Su funeral fue tan multitudinario que hubo que esperar cuatro días para que la multitud de personas pasara a despedirse. Se calcula que hubo más de 100 000 participantes en el entierro.
Antes y después de su muerte
Cuerpo del padre Pío (San Pío de Pietrelcina) expuesto a pública veneración desde 2008. Una máscara de cera cubre su rostro.
Tiempo antes de morir ―bajo control médico que le impedía tener privacidad―, los estigmas que había padecido los últimos 50 años cicatrizaron. Cuando le quitaron los guantes prácticamente no quedaban marcas de ellos.
En noviembre de 1969 comenzaron los preliminares de la causa de beatificación del padre Pío. El 18 de diciembre de 1997, el papa Juan Pablo II lo declaró venerable. El 2 de mayo de 1999, el mismo papa lo beatificó, y el 16 de junio de 2002, lo canonizó bajo el nombre de san Pío de Pietrelcina.
Dones del padre Pío
- Estigmas
Exhibió estigmas desde el 20 de septiembre de 1918 y los llevó durante 50 años hasta pocos días antes de su muerte (el 23 de septiembre de 1968).
Una vez que se hicieron públicas, las heridas fueron estudiadas por varios médicos. Algunos afirmaron que las heridas eran inexplicables y que nunca parecían haberse infectado. A pesar de que parecían sanar, reaparecían periódicamente. Alberto Caserta tomó radiografías de las manos de Pio en 1954 y no encontró anomalías en la estructura ósea. Algunos medios acusaron a Pío de fingir los estigmas, por ejemplo, usando ácido fénico para hacer las heridas.
- 2. Discernimiento extraordinario
Capacidad de leer las conciencias y almas, don que utilizó frecuentemente durante el ministerio del sacramento de la confesión - 3. Cicatrización Se dice que puede realizar milagros de curación a través del poder de la oración. Uno de los casos más famosos es el de Gemma di Giorgi, una niña siciliana ciega de la que se dice que se curó durante una visita al Padre Pío. Gemma, traída a San Giovanni Rotondo por su abuela en 1947, nació sin vsión. Durante su viaje para encontrarse con el Padre Pío, la joven comienza a ver objetos, incluido un barco de vapor y el mar, la abuela de Gemma no cree que la niña se haya curado.
- Después de que Gemma se olvidó de pedirle gracia al Padre Pío durante la confesión, su abuela le rogó al sacerdote que le pidiera a Dios que le devolviera la vista. El Padre Pío le dijo: “Las niñas no deben llorar y ustedes tampoco, porque la niña ve y ustedes saben que ella ve. » [fuente de duda] Según la tradición, el obispo Wojtyła (más tarde conocido como el Papa Juan Pablo II) le escribió al Padre Pío en 1962 pidiéndole que rezara por Wanda Poltawska, una amiga en Polonia que padecía cáncer. Más tarde se descubrió que el cáncer de Poltawska estaba en remisión espontánea. Los expertos médicos no parecen encontrar una explicación para este fenómeno.
- Bilocación, La bilocación es el fenómeno de estar en dos lugares al mismo tiempo. El Padre Domenico da Cese, un monje capuchino, informó que el 22 de septiembre de 1968 vio al Padre Pío arrodillado en oración ante el Rostro de Manoppello, aunque se sabe que el Padre Pío no salió de su habitación. El día de la muerte del Padre Pío, la mística y sierva de Dios María Esperanza de Bianchini en Venezuela relató que se le apareció en una visión y le dijo: “Vengo a despedirme de ti. . Mi tiempo ha llegado. Tu turno. Al día siguiente, supieron que el Padre Pío había fallecido. Aparecer Durante el período de sufrimiento espiritual, sus seguidores creían que el Padre Pío fue atacado tanto física como mentalmente por el diablo, sus seguidores también creían que el diablo usaba trucos diabólicos para aumentar el tormento del Padre Pío. Estos incluyen apariciones como un “ángel de luz” y la alteración o destrucción de cartas enviadas a y desde sus directores espirituales. El Padre Pío informa que estaba involucrado en una guerra física contra Satanás y sus secuaces.
- Profecía Según un mito popular, en 1947, el Padre Karol Józef Wojtyła (más tarde conocido como el Papa Juan Pablo II) visitó al Padre Pío, quien escuchó su confesión. El cardenal austriaco Alfons Stickler informó que Wojtyła le dijo que durante esta reunión, el Padre Pío le dijo que algún día ascendería a “la posición más alta en la iglesia, aunque era necesario confirmar que recibió más”. El secretario de Juan Pablo II, Stanisław Dziwisz , negó la predicción. También se le atribuyeron otras profecías de vez en cuando.